La miseria, instrumento de dominio

C ualquiera pensaría que la pobreza en que vive nuestro país es un problema. Bueno, la realidad es que para los buenos dominicanos sí que lo es. Pero para los malos dominicanos, para las ratas de la nación, para ellos, la pobreza no es ni remotamente un problema. Para ellos, lejos de ser un inconveniente, es un elemento imprescindible de dominio, sin el cual no pudiesen jamás tener la cuota de poder que tan impunemente ostentan.

Nuestro actual sistema político, fomenta el desempleo, la inseguridad social, el hambre, la inestabilidad económica, etc, etc, etc, como forma de tener a la población sumida en una situación que no nos permita ver más allá de nuestros problemas básicos inmediatos. Para mantener a las personas tan ocupadas en sobrevivir, que no dispongamos de tiempo para pensar en cómo resolver los problemas del país, tan ocupados tratando de no morirnos de hambre que no pensemos nunca en como barrer con toda esa escoria que nos mal gobierna y nos ultraja.

Nos mantienen atado al yugo de una existencia mediocre, para así poder humillarnos y burlarse de nosotros, como en efecto hacen todos los días. Nos mantienen entretenidos luchando con la vida. Si dedicamos nuestro esfuerzo a perseguir a los políticos corruptos, a tratar de crear conciencia en la población ¿Quién entonces pagara el alquiler de la casa y hace las compras de mes? ¿Si me dedico a enfrentar los problemas de todos, quien enfrenta los míos?

Acaso creen que es una coincidencia que nuestra población sea capaz de vender su dignidad y arrodillarse ante sus verdugos por un par de pesos. Es que cuando un persona acepta una tarjeta de solidaridad o recibe una canasta de las que regala el gobierno, está tirando por el suelo su dignidad humana, pues va donde aquel que le tiene sumido en la miseria a pedir migajas de lo que ella misma aporta con su sudor y su sacrificio. Todo lo que “regala” el gobierno, lo hace con dinero del Estado, o sea, con nuestro dinero. Más sin embargo se hacen ver como unos mesías, como unos salvadores, cuando no son más que una bandada de delincuentes y criminales que se burlan del hambre y la necesidad de un pueblo sumido en la miseria.

Es por eso debemos perder toda esperanza en que este sistema político va a resolver nuestros grandes problemas. Porque lejos de buscar solución a los problemas, el sistema solo busca como acentuarlos, para así tener un dominio mayor.

Los problemas se solucionaran cuando el soberano de este país: el pueblo, tome las riendas de su destino y hagamos lo que se tiene que hacer. Preparémonos para que sepamos como guiar nuestra nación en los momentos que ya se acercan.