viernes, 31 de diciembre de 2010

Segundo día de descanso, 24 cumpleaños de Antonio

Nos despertamos cuando se nos acabó el sueño. Observe el reloj y vi que eran las 10:16am. Me levante de la cama, me prepare, y encendí la computadora. Jalé por el cuaderno y comencé a pasar el limpio varios días de ruta.
            No puede terminar de escribir, ni mucho menos preparar las fotos cuando tuve que dejar todo para salir a realizar los preparativos para la celebración de mi 24 cumpleaños.
            Mis padres, y algunos de mis familiares y amigos, ya estaban de camino y llegarían a Dajabón en unas pocas horas. Mi mama, que conoce incluso mejor que yo mis gustos, traía un tremendo biscocho de chocolate.
            Para la 1:25pm estábamos en la fortaleza, donde fuimos a extender personal invitación para el cumpleaños al coronel Gil, el cual no se encontraba presente en ese momento, por lo que tuvimos que esperarlo un momento. Estando ahí vimos caer las primeras gotas de agua de lo que unos minutos después se convirtió en un aguacero. Cuando llegó el coronel nos saludo de manera muy cordial, y aprovechamos para agradecerle por las atenciones que ha tenido para con nosotros el Ejercito Nacional. Momentos después subimos a su oficina donde le extendimos la invitación, explicándole que seria un honor poder contar con su presencia.
            Nos dio mucho gusto conocer al coronel Gil y poder recibir el trato amable y profesional que le caracteriza.
            Inmediato después, junto al general (r) Rafael Demóstenes Félix Paniagua (tío Cuchito) salimos a buscar el hotel donde se alojarían nuestros familiares y amigos, el cual debería de contar con el requisito de tener un salón donde pudiéramos celebrar el cumpleaños. Así fue como llegamos al hotel Mirash, donde la simpática Adalgisa nos atendió muy amablemente, y pusieron a disposición el restaurante del hotel a nuestra disposición para la celebración.
            Poco a poco fueron llegando los invitados, entre los que cabe mencionar a Lis Estrella Mueses (Luichi), hijo del héroe nacional Rafael Estrella Sadalá y su esposa, quienes son unos tíos para mi, también estuvo el periodista y comunicador santiaguero Adriano Reyes, mi amigo y hermano Vladimir Gerónimo y su esposa Ingrid, tío Cuchito y su señora. Unos minutos después llegó el coronel Félix Gil, y mas tarde hicieron su aparición los periodistas del canal Telesistema 11 (un canal de emociones), encabezados por el carismático Luis Trinidad.
            Todo resulto muy bonito, y entre dulces, vejigas y cantos se llegó a la mejor parte: partir el biscocho. Durante la celebración mi tío Luichi dijo unas palabras muy bellas. Son ese tipo de mensajes los que les recuerdan a uno que ser honrado, solidario y cariñoso es algo que no pasa de moda.
            En todo momento se respiró un ambiente de alegría, y sobre todo la expresión en el rostro de mis padres me llenaba de una inmensa satisfacción del tipo que nada material puede lograr.
            Luego de terminada la celebración pasamos a la segunda etapa de la cena de noche buena, pues mi mama había preparado una pierna de cerdo para que cenáramos juntos, pues el 24 estaba lo mas lejos de mis padres que es posible estar, donde ni siquiera me pude comunicar con ellos.
            Temprano aun nos fuimos a dormir, pues al día siguiente nos esperaba un largo camino que empezaría a las 4:00am en Dajabón y terminaría 37 kilómetros después en Montecristi quien sabe a que hora.

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