viernes, 14 de enero de 2011

Quinto descanso, Nagua


Sin la presión del despertador dormimos hasta que el sueño se nos acabó. Luego de que me desperté me quede un rato dando vueltas en la cama, sentía que tenia que aprovechar aun mejor el tiempo en esa cómoda cama en me encontraba. Puse la televisión para ver algo interesante mientras permanecía tirado un buen rato más. La habitación era muy cómoda y tranquila.
Cuando me levanté me sentía casi nuevo, nada parecido a los días anteriores que me levantaba con un peso como si tuviera a alguien montado a caballito, y con un sueño que si pestañaba me derrumbaba. La verdad es que esa noche de tranquilidad, sin horarios pendientes, nos sirvió de mucho. Me preparé para darme un baño y así terminar de despejarme, pues tenía en mente ponerme a escribir un poco. Con todos los escritos atrasados que tenía me tocaba un buen rato dando teclas. En cada trayecto voy escribiendo en el camino, pero eso luego tengo que pasarlo en limpio y redactarlo en computadora.
Después de tener un rato escribiendo, suena el teléfono y el recepcionista me informa que unas personas nos están procurando. Me apresuré a cambiarme ya que no me gusta estar vestido cuando no es necesario. Al bajar el recepcionista me indicó que las personas estaban esperando en el restaurante. Cuando entré me di con la grata sorpresa de que el periodista y comunicador Antonio María y toda su familia habían venido desde San Francisco de Macorís a compartir con nosotros y ver como estábamos. El señor Antonio María y su familia desde hace ya muchos años son como una familia para nosotros, él y su esposa son como mis tíos y sus hijos como mis primos. Así que fue de mucha felicidad tenerlos cerca de nuevo.
Almorzamos todos juntos, entre cuentos y risas. Pasamos un rato estupendo. Luego de lo cual el señor Antonio María, y toda su familia, se despidieron y se aprestaron a partir rumbo a San Francisco.
Volví a la habitación para seguir escribiendo. Tenia ya un par de horas en eso cuando Charlee me llamo para decirme que la doctora Indira, a quien conocimos el día antes llegando a Nagua, y sus hijas Pamela y Alana estaban junto con él en la recepción. La doctora el día que la conocimos llevaba un lindo biscocho y nosotros en broma le pedimos un poco, pues entramos que como estaba sin partir y era para el cumpleaños de su hija era imposible que nos diera un pedazo. Más sin embargo ella nos prometió que luego del cumpleaños nos llevaría un pedacito y a eso había venido. El biscocho estuvo delicioso, pero sobre todo lo mejor fue el bello rato que pasamos conversando con esas tres simpáticas personas.
Estando aun en compañía de la doctora Indira y sus hijas, y como estaba ya previsto comenzaron a llegar las personas con quienes nos reuniríamos a las ocho para realizar una especie de tertulia. Invitamos a las chicas a que se integran a la actividad, lo cual hicieron con mucho gusto.
Un gran número de personas, que abarcaba hombres, mujeres, niños, nos reunimos en el restaurante del Hotel Sinaí para comentar sobre el objetivo de “Un Paso por Mi País”, y transmitir el mensaje de amistad, esperanza y cambio con el que hemos ido predicando todo el viaje. Fue una noche muy hermosa en la cual pudimos sentir el calor solidario del pueblo de Nagua y donde se manifestó un profundo deseo de cambiar el negativo rumbo que lleva nuestro país.
Al finalizar la actividad nos despedimos de todos. Antes de irnos a las habitaciones les dimos las gracias a la señora Divina Aponte y al señor Donald Jaime por el tan amable trato que disfrutamos durante nuestra estadía en esa ciudad, pues como saldríamos muy temprano de seguro no nos veríamos a la salida. Muchas gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con personas como ustedes tendremos un mejor pais, una patria llena de esperanza. Estan llegando a su meta"Un paso por mi pais" si se puede. Con amor esperanza y unidad tendremos un mejor pais.Los quiere Doña Zuna.
Centro Educativo "Los Frailes"