sábado, 30 de julio de 2011

Debemos exigir, pero tambien debemos hacer

Por Claudio A. Caamaño (hijo)

¿Se han puesto a pensar alguna vez en la razón por la cual nos esforzamos tanto en la vida? Generalmente lo hacemos para tener una linda casa (aunque sea alquilada), o para comprarnos un lindo carro, tal vez para brindarles una buena educación a nuestros hijos, o bien para tener ahorros suficientes para enfrentar cualquier enfermedad o emergencia que se presente.
Estamos pasando por alto el hecho de que, consonante con estas metas, debemos procurar tener un ambiente donde esas cosas que deseamos puedan materializarse, y sobre todo, disfrutarse a plenitud. Casi nunca ponemos en nuestros planes de inversión, invertir en nuestro país. No nos damos cuenta que eso es lo más importante.
¿De qué nos vale tener una hermosa y acorazada casa, si desde que salgamos por la puerta entramos a una selva de basura e inseguridad? ¿De qué nos sirve tener el más lujoso y cómodo de los vehículos (como esos que traen los congresistas), si no tenemos calles apropiadas donde conducirlo? ¿Qué razón tiene darle la mejor educación a nuestros hijos, si cuando se gradúen no podrán ejercer la carrera que estudiaron?... ¿Han pensado en eso?
Si la puerta de nuestra casa se cae a pedazos, no es verdad que vamos a esperar que venga el “mesías” a repararla. No es cierto que si unos de nuestros hijos se enferma de gravedad vamos a esperar que un “ángel divino” lo lleve al hospital. Entonces ¿por qué no comenzamos a empoderarnos de los problemas nacionales, a poner de nuestra parte en la búsqueda de soluciones reales? ¿Por qué no tomamos la firme decisión de invertir en nuestro país?
Somos conscientes de que este gobierno, y más bien este sistema, no tiene la más mínima intención de hacer algo bien… Entonces, comencemos a resolver algunas cosas por nuestra cuenta. Si el gobierno es irresponsable, no lo seamos nosotros también.
El asunto no es buscar culpables, concentrémonos en resolver. Luego habrá tiempo de buscar los responsables y castigarlos como es debido. No gastemos en críticas las energías necesarias para las soluciones. 

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